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martes, 9 de septiembre de 2014

La educación de los hijos

Reflexiones sobre la educación de los hijos de Bunmi Laditan


"Estoy harta de hacer que la infancia de mis hijos sea mágica. No creo en absoluto que las madres modernas quieran más a sus hijos de lo que nuestras bisabuelas querían a los suyos. Simplemente, nos sentimos obligadas a demostrarlo.



No tenemos porqué hacer que la infancia de nuestros hijos sea mágica. La infancia ya es mágica de por sí, incluso cuando no es perfecta. Mi infancia no fue perfecta y no éramos ricos, pero me lo pasaba muy bien en mis cumpleaños porque mis amigos venían. Lo importante no eran los regalos, ni la decoración al detalle, ni nada de eso. Nos bastaba con explotar globos, correr por el patio y comer tarta. Bastante simple, pero mágico.

No recuerdo una sola vez en que mis padres hicieran manualidades conmigo. Las manualidades era algo que se hacía en el colegio.En casa jugábamos. Todo el rato. Teníamos nuestros juegos, hacíamos fortalezas con mantas, veíamos la televisión, bajábamos por las escaleras con almohadas. Nuestros padres no eran los responsables de nuestra diversión. Si se nos ocurría murmurar las palabras mágicas "estoy aburrido", en un momento nos daban una lista de tareas.

Mis padres se ocuparon de mantenernos calientes y alimentados, y ocasionalmente planeaban alguna actividad especial para nosotros (la pizza de los viernes por la noche era una tradición), pero en el día a día, nos las apañábamos por nuestra cuenta.

Nuestros padres estaban ahí siempre que necesitábamos algo, o en caso de accidente, pero no eran nuestra principal fuente de diversión.

Hoy en día, se hace creer a los padres que lo que beneficia a los hijos es estar constantemente con ellos, mano a mano, cara a cara: "¿Qué necesitas, cariño mío? ¿Qué puedo hacer para que tu infancia sea increíble?".

Los padres no son los que hacen que la infancia sea mágica. Está claro que los casos de violencia y abandono sí pueden arruinarla, pero, en general, la magia es algo inherente a la edad. Ver el mundo desde los ojos inocentes de un niño es mágico. Jugar con la nieve en invierno cuando tienes cinco años es mágico. Perderse entre los juguetes tirados por el suelo es mágico. Recoger piedras y guardárselas en el bolsillo es mágico. Andar con un palo es mágico.
No es nuestra responsabilidad crear y proporcionar recuerdos mágicos cada día, como si se tratara de una obligación.
Nada de esto niega la importancia del tiempo que se pasa en familia. Una cosa es, sin embargo, concentrarse en pasar tiempo juntos y otra cosa muy diferente es concentrarse en la construcción de una actividad. Una puede concebirse como algo forzado, con un objetivo predeterminado, mientras que la otra es más relajada y natural. Los padres se sienten tan obligados a crear experiencias que se puede palpar la enorme presión que soportan.

El lugar más mágico de mi infancia no era ningún parque de atracciones; era mi casa, mi cama, mi patio, mis amigos, mi familia, mis libros y mi propia mente.
Cuando hacemos de la vida una gran producción, nuestros hijos se convierten en el público, y crece su apetito por el entretenimiento. ¿Estamos criando a una generación de personas incapaces de encontrar la belleza en lo mundano?
¿Queremos enseñar a nuestros hijos que la magia de la vida es algo que viene en un envoltorio precioso, o que la magia es algo que cada uno tiene que descubrir por sí mismo?
Planear todo tipo de acontecimientos, trabajos manuales y vacaciones caras no resulta dañino para nuestros hijos. Sin embargo, si las ansias por querer hacer de todo proceden de la presión o de la idea de que todo lo anterior es una parte imprescindible en la infancia de cualquier persona, deberíamos replantearnos mejor las cosas.

Estamos constantemente escuchando que los niños de hoy en día no hacen suficiente ejercicio; pero, quizás, el músculo que menos ejercitan es la imaginación, ya que intentamos encontrar desesperadamente la receta para algo que ya existe."

(Bunmi Laditan, madre y escritora).

miércoles, 25 de junio de 2014

Okupa cuerpos

Fue en Febrero del 2003, cuando el profesor de filosofía y psicología de bachillerato, Guillem, un pequeño hombre entrañable, con una vida ajetreada e inestable pero que a pesar de todo, no dejaba de transmitir grandes conocimientos sobre la vida.

Ese Febrero, nos regaló este poema, con el cual, en aquel momento, me sentí muy identificada y que hoy más de 10 años después todo es bastante distinto para mi.

OKUPA CUERPOS

Muchos son así.

Llegan y se instalan,
comen, beben, conversan, gesticulan, se explayan.

No se ocupan de ti,
te ocupan a ti.

Okupan tu cuerpo, 
como si de una casa vacía se tratara.

Okupan tu mente,
con descaro, 
como hormigas legionarias,
como la marabunta.

Te roban la soledad
y no acompañan.


Todo es diferente y a la vez tan parecido...



lunes, 19 de mayo de 2014

Babies

BEBÉS, emotivo documental dirigido por el cineasta Thomas Balmès, y del productor Alain Chabat.
En este documental queda reflejada la influencia de la cultura en el desarrollo y adaptación de los bebés a su medio.

BEBÉS, nos muestra los primeros meses de vida y los progresos evolutivos de 4 bebés en 4 países del mundo, muestra como se desarrollan los primeros aprendizajes de l@s niñ@s según su cultura.





Podéis Ver película Babies en este enlace.
Para más información sobre la película, conocer mejor las familias, la opinión de estas respecto al documental, como lo vivieron, que opinión les merece, las formas de educar..., lo podéis encontrar aquí.

"El desarrollo de cualquier proceso psicológico se desarrolla con instrumentos culturales. La génesis de las funciones cognitivas y afectivas reposa sobre las pautas de relación que se establecen entre el niño y el adulto desde el nacimiento
Riviére y Coll 1987
La cultura y el desarrollo infantil están inextricablemente entrelazados. Desde la perspectiva del niño/a, un aspecto importante del desarrollo es la adquisición del conocimiento cultural”
Bruner, 1990