Vistas de página en total

martes, 2 de abril de 2013

El increíble poder de la tribu.

El increíble poder de la tribu.
 
Sociobiología.
 
13/05/2012
Daniel Méndez. XL Semanal

Ser hincha de un equipo de fútbol, formar parte de un partido político o pertenecer a un club de fans son manifestaciones de un sofisticado comportamiento social. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero ahora un prestigioso científico va más allá y asegura que estamos programados genéticamente para pertenecer a una tribu. La controversia está servida.
La culpa de todo la tienen las hormigas. ¿A quién se le ocurre contradecir a Darwin y salirse, además, con la suya? Desde el punto de vista evolutivo, estos insectos son una sorprendente excepción a todos los seres vivos... y, al mismo tiempo, una clara historia de éxito. Su superpoblación nos da la medida de su triunfo adaptativo: la masa de todas las hormigas que pueblan la Tierra equivaldría, si las reuniéramos sobre el plato de una balanza, a más de un tercio del total de todos los insectos e invertebrados del planeta. ¿Cómo han llegado a imponerse de esta manera? Ya Darwin mencionaba, en El origen de las especies, el reto que estos insectos plantean a su teoría: si el 'rey gen', en su afán por perpetuarse, es el que guía los pasos de todo ser vivo, ¿cómo es posible que la mayoría de los individuos que forman un hormiguero no se dediquen a la reproducción, sino a 'cuidar a los hijos de otros'? De este modo pierden la oportunidad de transmitir sus propios genes a la descendencia.
En los años 60, los biólogos evolutivos dieron con una respuesta para este inexplicable altruismo: la llamada 'selección de parentesco'. Mediante su compleja organización del trabajo, algunos animales se sacrifican, es cierto, pero lo hacen por el bien de sus 'parientes cercanos'... con los que comparten genes.
Sin embargo, algunos científicos vienen ahora a cuestionar este axioma. Y lo hacen desde dentro: uno de los que más contribuyó a difundir la teoría de la selección de parentesco fue Edward O. Wilson, el padre de la sociobiología, que es desde entonces una eminencia científica. Pero ahora, a sus 82 años, acaba de publicar un libro que supondrá -así lo asegura su autor- una gran revolución en el campo. La conquista social de la Tierra es su título. Y hará enfadar a muchos de los colegas que durante años han visto a su autor como el 'heredero' de Darwin. La clave -dice ahora Wilson- no está en la familia, sino en el grupo, en la tribu. Ocurre con los insectos y ocurre con el hombre... porque así se ha venido programando genéticamente desde, al menos, el Neolítico.
La clave está en un concepto que lleva 40 años rondando la literatura científica, pero que ahora adquiere nuevos matices: la eusocialidad. Eu proviene del griego 'bueno' y, unido al concepto 'social', se refiere a la capacidad de ciertas especies de crear una compleja organización dentro de la cual sus miembros pueden llevar a cabo actos altruistas, algunas veces en contra de sus propios intereses personales, para beneficiar al grupo.
Este planteamiento que ahora se publica en forma de libro se avanzó ya en 2010 en forma de artículo en la revista Nature. Lo firmaba el propio Wilson, pero su nombre iba precedido por el de sendos matemáticos, también de la Universidad de Harvard, que aportaban complejos modelos matemáticos que daban al traste con la teoría de la selección de parentesco. «No tiene ningún valor explicativo», decían los autores. Todo un insulto desde el punto de vista científico que no tardó en obtener una airada respuesta de sus colegas.
Y es que lo que Wilson y los matemáticos afirman es que estamos genéticamente programados para pertenecer a un grupo, a una tribu. Es decir, que existe un gen o un conjunto de genes -seleccionados a lo largo de millones de años- que nos llevan a comportarnos de manera tribal.
O lo que es lo mismo, que el altruismo -la capacidad de sacrificarnos por el bien del grupo- está grabado en nuestra naturaleza. La mala noticia sería que igualmente está grabado en nuestra genética todo lo que suponga una amenaza para el grupo: la guerra, el etnocentrismo, la violencia.
Lo que Wilson se atreve a cuestionar es la premisa central de la teoría de la evolución: que nosotros estamos dispuestos a sacrificarnos solo por nuestra familia, por quienes garanticen nuestra misma supervivencia genética. Wilson sostiene que no es así porque, al igual que las hormigas, los humanos hemos evolucionado para estar dispuestos a defender al grupo, para sacrificarse por otros no emparentados genéticamente, lo que se puede aplicar a los individuos que integran un país determinado o a los que profesan una fe concreta, pero también a los que se integran dentro de un club de fútbol específico. Y todo ello -esa naturaleza social, grabada en nuestros genes- es lo que, según Wilson, nos ha convertido en la especie dominante.
Esto, obviamente, no ha ocurrido de la noche a la mañana. La naturaleza debe seguir su curso. La gran revolución en la evolución fue asentarse, establecer un campamento base que funciona como un equivalente al nido: al hormiguero o al panal. Es al congregarse en torno a una hoguera cuando el Homo sapiens comienza a organizarse y, al fin y al cabo, a dar sentido a la palabra 'hombre'. Unos individuos salen a cazar mientras otros se quedan en 'casa' para proteger el campamento... Como hacen las hormigas. Pero en nuestro caso es todo un poco más complejo. Porque el Homo sapiens alberga un gran cerebro: el mismo que aprendió a anticiparse al futuro, a predecir el comportamiento de otros grupos, y que terminaría por plantearse grandes preguntas. Para garantizar la supervivencia, el cerebro debe hacer convivir impulsos contradictorios: la generosidad hacia nuestra tribu y la agresividad hacia los extraños, vistos todos como potenciales enemigos. Por eso, como han comprobado los neurocientíficos, la amígdala cerebral -ese conjunto de neuronas encargadas de procesar las reacciones emocionales- se activa al ver una foto de otro grupo social.
La literatura científica aporta numerosos estudios que muestran nuestra tendencia a sentirnos parte de un grupo. Incluso si este se ha formado por azar; por ejemplo, si un investigador divide un grupo de estudio en dos subgrupos rivales, está demostrado que con el tiempo -no demasiado- empezarán unos y otros a ver comportamientos negativos en sus oponentes que antes no habían visto ni manifestado. Y de igual forma verán valores en el subgrupo en el que se han integrado. Lo mismo sucede cuando nos adscribimos a un grupo religioso, un equipo de fútbol o un partido político. Wilson explica todos estos casos desde la misma perspectiva tribal que nos lleva a la necesidad de identificarnos con nuestros pares.
Lanzado el desafío a la comunidad científica, la clave ahora y esta es la gran tarea pendiente consiste en identificar esos genes que hacen que no queramos huir del nido ni de la tribu.

lunes, 14 de enero de 2013

¡¡¡Que llueva a mares!!!

Más inspiración de imágenes metafóricas.

A partir de las inclemencias metereológicas, hechos cotidianos que "no se pueden controlar" surgen los mensajes positivos y de esperanza, alcanzables con el esfuerzo de todos.

domingo, 13 de enero de 2013

Parece que va a salir...

 Saldrá el amor a la tierra????

Un mensaje positivo y de esperanza!!
Creaciones metofóricas too easy,  con paint.



martes, 8 de enero de 2013

Pintura de dedos casera

Existen muchas recetas para realizar pinturas caseras. La más sencilla la he encontrado en Get your mess on! tres ingredientes basicos en la cocina y muy económicos.

- 1 taza de harina
- 1 taza de sal
- 1 taza de agua
- colorante alimenticio

Sencillamente mezclarlo todo y a pintar!!!






Bien puede ser con pincel como con botes tipo ketchup, para inspirar un arte más abstracto y si los niñ@s son más pequeñ@s.

La gran ventaja es que no son tóxicos y son fáciles de hacer.





Ya que esta receta queda bastante líquida la podemos aglutinar con gelatina, la receta quedaría así:

  • 1/2 vaso de harina de maíz
  • 2 vasos de agua hirviendo
  • 1 vaso de agua fría
  • colorante
  • 1 sobre de gelatina
Mezclar en un recipiente el 1/2 vaso de harina de maíz con 3/4 de agua fría.
El otro cuarto de agua fría lo utilizaremos para remojar la gelatina, en un plato para que sea más comodo.
Añadimos los 2 vasos de agua hirviendo a la mezcla de agua con harina, sin parar de remover.
Cocer a fuego medio, sin parar de remover hasta que hierva, y la mezcla quede espesa y esponjosa, retirarla del fuego y añadirla al plato con la gelatina disuelta, cuando se enfrie añadir el colorante.


Otra pintura, la cual no he probado pero tiene buena pinta, aunque al llevar aceite creo que tal vez pueda manchar, por eso no la he gastado nunca, pero según el uso que se le quiera dar y la edad para los niñ@s a los que se dirija la actividad, la cualidad que le da el aceite es que se mantiene "fresca" por más tiempo. La receta es:

- 0,5 kg de harina
- Agua
- Colorantes alimenticios
- 5-6 cucharardas de sal
- 1-2 cucharadas de aceite.
- 1 o 2 cucharaditas de jabón.

Mezclar todo bien y listo!!

La última receta que he encontrado es:
- 1/2 vaso de harina de maíz
- 1litro y 1/2 vaso de agua.
- 1/2 vaso de talco
- 2 cucharaditas de jabón
- Colorantes

Se mezcla la media taza de harina con el medio vaso de agua fría, se pone un litro de agua a hervir y luego se añade el resto mezclando bien, hasta que quede transparente, entonces apagar el fuego y añadir el talco, el jabón y el colorante. Mezclar bien, dejar de enfriar y a pintar!!!!

lunes, 7 de enero de 2013

Dibuja con...

Godeleine de Rosamel, es una ilustradora francesa que ha editado varios libros para niños, jovenes y adultos. En especial me gustan unos en los que enseña a dibujar con diferentes elementos muy conocidos que son los que voy a mencionar con más detalles. Aunque en su página http://www.gderosamel.com/ se pueden encontrar algunas manualidades para imprimir y realizar.


Dibuja con tus manos


Dibuja con tus manosDibuja con tus manos

Dibuja con tus huellas



Dibuja con tus huellas
Dibuja con tus huellas

Dibuja con tus huellas




Dibuja con circulos
Dibuja con las cifras

Dibuja con las letras


1,2,3 yo dibujo



viernes, 16 de noviembre de 2012

Zapatos para un 38

Los zapatos y el colchón son dos piezas clave en la vida, sobre los cuales más tiempo pasamos, así pues los considero muy importantes y siempre me resulta muy difícil encontrar un zapato idóneo para uso cotidiano.

Dippner


ZUECO CERRADO CON SOLAPAESCLAVA CRUZADAZUECO CON SUJECION


Es una marca alemana que fabrica calzado en Navarra. El diseño está pensado en la anatomía del pie y su movimiento natural. Los materiales empleados son naturales y con un alto nivel de calidad.
Para caminar, correr, saltar, bailar, recibir energía de la tierra, para mantenernos en pie... por eso la naturaleza nos ha dotado de los pies. Aunque la vida moderna nos aleja de ella, debemos cuidar su bienestar.

Camper


El naturalista


Todos estos calzados son productos de consumo responsable, se pueden observar más en está página Consumo responsable